domingo, 28 de junio de 2009

Inalcanzable


Horizonte lejano que cambias de color el mar,
con tu sol rojizo vencido reflejas pura libertad,
mañana volverás para a unos pocos alumbrar,
y a algunos, la mayoría en África, ajusticiar.
Con la justicia apoderada por la hipocresía
la bondad es encadenada con avaricias,
Sin capacidad para escribir ni leer,
con ignorancia, sin sentido del deber,
sabiduría, belleza, para hacerse querer.
Lágrimas paradójicas inundando el profundo REM
por servir para algo más que para todo esto,
no soy una planta ni mi entorno es un tiesto,
prefiero ser palabra sometida al arresto
que un arma que no manejo yo, sino el resto.
Parte del minuendo no del contrayendo
para que la diferencia sea mas que un sueño,
para valer más que para ejecutar un trabajo,
para algo más que solo necesitar alguien al lado.
Frustrado, detrás de conejos como un galgo,
que después de la carrera vuelve a la vera del amo
con él entre las fauces o sabiendo sido ahorcado,
y amar todas las tierras, como torpe y emigrado pato.
Querer a las personas excepción de mi misantropía,
dormir plácidamente, no despertar porque llegue el día
pero si para presenciar la muerte de la rojiza rutina,
y no confiar la suerte a este cruel juego de dados.
Morir rodeado por tus brazos sin miedo a la letanía,
por si hay algo después, por el miedo que siento.
Así poder ser valiente si hay que defenderte,
ya eres parte de mi, es igual de malo y excelente,
bendigo el cuando te olvide eterno horizonte,
muerte de luz y color, sal y ponte, sal y ponte.


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