jueves, 25 de junio de 2009

Por Qué


Busco una especie de paz
en la auto complacencia,
la dureza de mi buen padre
con el tiempo fue sobriedad.
El de mi amada tardía madre
me hizo sentir muy pequeño,
la sabia bondad del buen cristo
murió por años en mí y resucitó.
Sin creer en estereotipos de dios
aprendí a comprender al diablo,
a encontrar fallos en los sabios,
a saber leer un poco los labios.
Respeté y temí a mi cruel enemigo
antes de planificar una perfecta huida,
intenté nadar contra mi propia corriente
mi voluntad no es más que un frágil pez.
No toleré el dolor físico,
será que no sé el por qué,
comprender la pobreza
y retorcerse al llorar.
Político pero no partidario,
espiritual sin ser sectario
marioneta del aire en vida
dueño de mi propia muerte.
Disfrutar por dentro lágrimas,
sentir que otorgan muerte y vida,
y sin ventana ni puerta, una salida,
porque no hay nada de nada detrás.
En mi transparente ataúd,
la sinceridad será un clavo,
cada persona conocida uno más,

no habrá inspiración ni espacio.
Ecce homo y su sensibilidad,
su marea de los sentimientos,
vuestras palabras son las mías
y bastarán para salvarnos.
Rodeado de autorizados ladrones
que roban la ilusión a los corazones,
que hacen transformar en malo al bueno,
y mas parte de un todo a las proporciones.

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